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martes, 2 de agosto de 2011

CABEZA Y TENPERAMENTO EN UNA CABALGATA

 

CABEZA Y TEMPERAMENTO

 

Jinete con cabeza monta con corazón

CABEZA Y TEMPERAMENTO coordinados son un clave para que el cabalgatas o desfiles a caballos no terminen con decesos. El asunto se resumen en la regulación.
Alejandro Gómez Valencia | Medellín | Publicado el 27 de julio de 2011
Muerte por agotamiento muscular o por deshidratación. No sería la primera vez que alguno de esos dictámenes se entreguen al propietario de un caballo luego de una cabalgata.

Para no recibir esa noticia es necesario un jinete con buena cabeza que esté pendiente del temperamento del caballo, en palabras del médico veterinario Alejandro García.

Las recomendaciones de expertos como él, a propósito del Desfile a Caballo que se realizará en Medellín el próximo sábado, no se pueden saltar.

Si el caballo ha estado quieto en las últimas semanas, ni pensar esforzarlo. El médico veterinario Gabriel Jaime Toro, especialista en temas equinos, explicó que se requieren al menos dos meses de acondicionamiento físico para el animal antes de una jornada como la del próximo sábado.

Montarlo dos o tres veces por semana para mantenerlo ejercitado. Así se evitan los daños musculares que incluso hacen al equino estirar las cuatro patas para siempre. Al estar muy agotado, los músculos empiezan a liberar ácido láctico, que puede ser muy peligroso.

Un jinete entrenado también es la diferencia entre la vida y la muerte, porque si no es capaz de reconocer cuándo el animal está cansado puede forzarlo a ir más allá del umbral.

La palabra que escogió el médico Alejandro García fue regulación. Para él casi que cualquier caballo tiene la capacidad de recorrer la cabalgata. La clave es que sepan llevarlo, no exigirle demasiado, andarlo al paso adecuado. Para eso el jinete necesita cabeza.

Claro que hay caballos que tienen un temperamento difícil de manejar, que aunque se les controle el paso no se quedan quietos y eso los hace agotar.

A los animales así, muy briosos, García recomendó no sacarlos.

En ese mismo sentido Gabriel Jaime Toro sugirió que los animales estén bien adiestrados, que no sean muy salvajes y mejor si tienen experiencia en estos eventos, para que no enloquezcan.

Al día siguiente
Los médicos mencionados han conocido casos en los que los caballos terminan la jornada muy bien, sin ningún problema aparente, pero los daños se muestran después.

En el argot equino se conoce como la enfermedad del lunes en la mañana cuando, después de un ejercicio extenuante, despiertan aletargados tiesos, inapetentes y sin ganas de beber ni agua.

El médico García lo asimiló al caso de los humanos cuando de un día para otro hacen mucho deporte y luego están molidos.

En el caso de los equinos el asunto se puede complicar porque la falta de líquido y el ácido en los músculos dañan los riñones.

Cuando las señales de cansancio son muy evidentes significa que se está cerca un shock hipovolémico, que afecta, principalmente, el sistema cardiaco del animal. En esos casos ya es muy complicada la recuperación.

Para evitar ese punto no se puede olvidar la buena pero regulada hidratación, hacerle mantenimiento a la a las herraduras y una cabeza humana consciente del corazón animal.